jueves, 1 de diciembre de 2011

Lavandeiras de Sada

Río Grande, río Mayor a su paso por la hoy calle Venezuela hacia el mar. El río se encauzó en 1975. La fotografía es de 1950.
Esta foto recuerda los tiempos antiguos en que en Sada y en todos los pueblos de Galicia había lavaderos públicos. Las personas que ya tenemos una cierta edad los llevamos en el recuerdo. Somos muchas las mujeres que hemos acudido a realizar las faenas del lavado de la ropa. Antiguamente se hacía alrededor de un manantial. en una presa de agua, a la orilla de un río, o a ambas orillas las mujeres realizaban la colada de toda la familia.

Mujeres haciendo la colada en una presa de agua
Haciendo la colada a la orilla de un río

Mujeres haciendo la colada a ambas orillas de un lavadero
Acudían al río más cercano al hogar, llevando en la cabeza grandes bañeras de zinc llenas de ropa. Allí permanecían varias horas de rodillas frente a una losa de piedra en posición inclinada hacia la corriente de agua. Frotando, frotando y enjabonando con un taco de jabón fabricado en casa con buena dosis de sosa. Después de frotar un buen rato, esa ropa se tendía estirada en el campo cara el sol por un largo espacio de tiempo, salpicándoles agua de vez en cuando lo que, se le denominaba "poner a clarear". Luego se aclaraba y finalmente se llevaba a casa para secar  o se tendía en las zarzas cercanas, de esta formar al volver para casa ya se llevaba seca parte de la ropa.

Tajuela y tabla lavadero
Con el paso de los años se fueron mejorando la posición de las piedras-lavadero. Las más antiguas eran simplemente piedras apoyadas a la orilla del agua. Pasando a ser losas de piedra labradas y fijadas en el suelo junto al agua. Algunas eran una pieza única en la que cabían varias personas y otras eran individuales. A veces se  llevaban  de sus casas una tabla lavadero (tabla de madera con ondulaciones para poder refregar y a la par que la ropa no resbalase) y en algunos casos también una tajuela (cajón de tablas para arrodillarse y evitar las salpicaduras de agua).

Durante  las horas que se permanecía en el río además de lavar, se conversaba, se hacían confidencias y también se cotilleaba... contando los acontecimientos vecinales (un diario oral...). Por lo general se usaba siempre el mismo puesto para realizar el trabajo es decir, la misma losa o lavadero. Como estos lavaderos públicos eran para todos los vecinos, algunos días era preciso esperar turno, es decir, que alguien terminase para ocupar su lugar. Con el paso del tiempo las familias que tenían posibilidad, construían su propio lavadero en la huerta de su casa hasta donde discurría el agua de algún regato.

Lavadero
Hace años, en las aldeas gallegas existían propiedades privadas de aguas y manantiales. A veces alguno de estos propietarios donaba estas aguas, construía o contribuía a la construcción de un lavadero público para el servicio de sus convecinos. Casi siempre se trataba de  un vecino con mayor poder adquisitivo, cultural, de renombre social o todas las cosas a la vez.

En esta aldea a mediados del siglo XX, D. Daniel Vázquez Paz (denominado el "Piloto") donó y ordenó la construcción de un depósito que almacenase agua del manantial y de la fuente-lavadero. Se obtenia un triple beneficio: el poder llevar para casa agua potable (en sellas), evitar que las mujeres tuviesen que ir a un río lejano para hacer sus coladas y aprovechar el agua sobrante para regadio de los prados colindantes. En este lavadero no era precido estar de rodillas como en el río, sino de pie dobladas frente a la piedra.

Fuente-lavadero en Ozón (Muxía)


Actualmente el estado de abandono y falta de mantenimiento hace que el exceso de agua discurra por cualquier sitio, incluso (como en otros muchos lugares), alguien se llevó la placa de su inauguración.

Pasados algunos años, los que tenían posibilidad, hicieron un lavadero en las proximidades del hogar. Conducían el agua de algún regato que al termino de la faena se les abría la compuerta y se aprovechaba para regar otro terreno.

Lavadero de uso particular
También estos quedaron en el olvido. Al llevar  a las casas agua de las traidas, se pasó al pilón en el interior de la vivienda y al final las lavadoras de motor que hacen la vida más cómoda pero a la par causan el olvido y deterioro de lo que nos dejaron con esfuerzo nuestros antepasados.

La foto correspondiente a Sada Antigua, está hecha hace muchos años. Las fotos que se hacen en la actualidad, a pesar de ser preciosas, tienen peor conservación.

Si quieres ver más fotos antiguas de Sada, pincha aquí.

3 comentarios:

  1. Muy bien todo lo de los lavaderos, son un trozo de historia ,que para muchos son muy pasados, pero para otros estan en sus recuerdos como punto de encuentro y centro para relacionarse muy linda tu entrada un saludo

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  2. Hola, es un trabajo bonito el que hiciste, recordando a las mujeres de aquellos tiempos que tenían que lavar de rodillas,eso esta bien recordarlo, para no quejarnos tanto hoy, de los trabajos domésticos.Saludos.

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  3. Yo quise lavar en uno de Mondego ,Sada, pero no me anime, ahora que estoy en el Uruguay de vuelta, me arrepiento de no haber lavado al menos los tenis.

    En el de Meiras, solo lavaba( sin necesidad) las mandarinas que sacaba de algún árbol, que sus ramas salían de las casas.

    Y en Muras Lugo, mi tia tiene uno propio.

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